martes, 20 de septiembre de 2022

Episodio mqd.

Experiencia de Oro, solo que no estabas vos. 








 Me siento en la cama, delante de la tele en silencio, la miro. No veo nada, solo estoy en silencio. Parece recupero mi equilibrio, me encuentro conmigo misma, conecto contigo. Te encuentro , da alegría. Pero no es todo , tengo muchas cosas que hacer, quiero conseguir un libro que valga la pena, me duelen algunos errores del pasado, esa mancha de mate sobre los apuntes. Son pavadas, pero si yo no tomaba distancia , siempre iba a estar en ese ojo de la tormenta. 
Las cosas no fueron como te las contaron, dale, abríte, hablemos. Cuándo va a pasar eso?, puede ser que nunca. Prefiero estar en silencio, no sé , mis ojos se llenan de lagrimas , tanta gente que se fue, a otro plano. Tanta gente que murió. Ahora caigo. 
Yo había enloquecido, después de haber perdido mi billetera, esa billetera que tenia el dni y el dinero. Todavía no sé si perdí esas cosas o las robaron de mi bolsillo , en la peatonal San Martin de Mar del Plata. Estuve al menos seis meses, sin dni y sin dinero. En Mar del Plata, en pandemia. Cuando no se podía salir. Me sentí una N.N. Eso, sentí. No tenía forma de demostrar mi identidad en un supermercado, en alguna almacén.     En pandemia no se podía ir a muchos lugares, me compraba los alimentos en McDonald donde aceptaban mi tarjeta de crédito. La cual, llegó a un número muy alto. Ya no sabía ni como pagar el alquiler, y seis meses después en plena pandemia del año 2020,había perdido la cabeza por completo. Lo sé, tenía mucha irá , tenía mucha bronca. Estaba en el lugar que amaba con un conflicto que era imposible resolver, fui al banco de la peatonal San Martin , en Mar del Plata. Me pelee con los policías que cuidaban el banco, me pelee con los dueños del banco. Me pelee con todo el mundo. Estaba peleada conmigo misma. Rompí mis platos, rompí mis frascos , lo di contra la pared. Y así todo, cada día limpiaba el departamento, cocinaba y le daba de comer al gato de Max. Max era un vecino del piso 22, solo que su ventanal daba a la ciudad, el mío, en cambio, se veía el mar y la ciudad. Padecía de pesadillas nocturnas , despertaba mal, sola , triste , asustada y angustiada. Ya no daba para más. Algunas veces, creí que me caería al mar y ya nadie sabría sobre mí, como Alfonsina Storni. Luego, no era esa la opción. Una noche, encontré frente a la costa  una bolsa llena de cal, escribí todo el asfalto, y en mi estado de psicosis. Todavía pensaba en lo más humildes, iba cada día a darle de comer a gente de la calle, ahí por los hoteles de la costanera. Siempre dejaba comida sobre Luro y la costa. Unos minutos después la comida no estaba, mi curiosidad en plena pandemia era cada vez más intensa, me metí en lugares donde no puedo explicar qué sentí, vi cosas que de verdad merecían denuncias. Pero qué va?, yo estaba loca, eso me hicieron creer. Eso creí. 
Un día , fines de Agosto y principio de Septiembre del 2020, mi madre , encontró la forma de irme a buscar. No hasta el edificio en Luro, sino , hasta la ruta . En la entrada de Mar del Plata. 
Esa ultima noche , en el departamento de Luro. Pase la noche con Max, y el gato. Mi  departamento era un lío, todo desparramado , todo tirado. No podía llevar nada conmigo, asique fui y deje cosas a distintos vecinos, fue un robo?, pero bien planificado. Una tarde antes de irme , estallé de dolor, estallé. Todo  eso que escribí durante años, la novela que iba a publicar, y miles y miles de hojas. Todas cortadas en cuadraditos pequeños , las tiré por el piso 22. Como también ropa que había comprado en el shopping los gallegos, y toda la ropa que me compré esos dos años en Mar del Plata. Fue re loco, porque para ese entonces, quedaban muchísimas cosas. Bicicletas y muebles, equipo de música, televisor, y demás. Todo todo todo, se lo dejé a Max. El acuerdo era , volver a buscarlo. Pero el maldito , terminó por vender todo. Y ese ultimo día , cuando el sol y la tarde de la costa se veían hermosas. Dejé el edificio, solo me llevé lo puesto y un montón de hojas de la facultad dentro de la jaula de mi coneja. 
Ya había perdido todo, qué más quedaba que un montón de lágrimas y tener que volver a La Plata, según mi madre ya a fines de 2019 , no me veía bien. Quizás ella no entendió jamás que su nena había crecido , tenía vida propia y pronto cumpliría sus 30 años.
Llegué a La Plata , destruida , echa moco, lloraba cada día .De septiembre a Octubre en La Plata, no tenía donde vivir, sin poder usar mi dinero, sin DNI. Y con un montón de cuestiones familiares a las que era ajena. El dolor, era en verdad más profundo de lo dicho. 
Culminó mi crisis en una internación , con un brote nervioso y un herpes en todo el cuerpo. Luego de dos meses, pude salir, luego de haber sido medicada. Luego de haber acomodado a mi familia para que me reciba. Estaba en paz de nuevo. Había salido del neuropsiquiátrico. Pero , no fue fácil.  A dos años de ese accidente mental, hay cosas que aclararle a mi familia, para que entiendan como desembocó o quizás ya no de más explicaciones. Y siga adelante, pero en ese silencio , escucho mis gritos, recuerdos mis llantos y mis dolores mentales y físicos, me siento mal por mí misma. Enseguida quiero escapar de ello, pero esa también fui yo.  Solo que haber dejado una ciudad que amaba de esa manera, no fue la mejor despedida. 
La vida empezó de nuevo en La Plata, me costó año y medio cortar con los contactos de mdq, me costó cortar el vínculo con Max. Pero luego de haberlo logrado, encontré mi paz. Retomé mi vida, reconstruí mi historia. Y empecé a estudiar de nuevo .
En menos de dos meses en La Plata, mi vida dio un giro increíble. Mi doctora Anita, me ayudó el acceso hacer mi DNI, pase por distintos especialistas , sané . Y junté mucha plata, que no podía gastar. El sol salió para mí aquel Diciembre del 2020. Cuando la luz volvió a mi vida. 
Ojala cuando vuelva a Mar del Plata, sea para entender que nadie tuvo la culpa de todo lo que aprendí, fue una inyección de poder que no supe manejar y en lugar de ascender , me estanqué e hice terrible descontrol y caos, hasta entender que solo quería y aceptaba lo que yo necesitaba, lo que yo deseaba y lo que yo quería. 
 De regreso, cuando volví a verte. Ya nada era lo mismo, al menos. Te dije Hola, el plan en Mar del Plata , era estar dos años, probar , ver si algo de lo soñado se hacía realidad. Pero solo soñaba con Tsunamis, y que el mar invadía toda la ciudad. 
Fueron los dos mejores años de mi vida, enloquecí. Pero fui eternamente feliz, creo conocí la gloría , pero los delirios delante del mar cada vez eran mucho más seguidos, y aunque intentaba conectar con la realidad, solo conseguía estar más lejos. Como un ave de rapiña que vuela en las alturas, estaba sola sola sola… Entre la bruma y el cielo. 



Autor : Marilina Belén Mendez. 

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ALEJATE DE MI, NO UNA VEZ - PARA SIEMPRE...  QUÉ?  Cuántas formas hay de morir? cuántas de no vivir jamás?                                  ...