"Si tu ser estalla será un corazón el que sangre", Spinetta.
Familia Alemana.
Dueña del alma , se ahorcó en la casa de madera , en aquél galpón del sabio Diós. Yo la encontré.
Vestía una pollera negra larga , medias negras y zapatos negros, un suéter negro y un cuellito blanco.
Había llegado de Portugal , me buscaba a mi quizá.Pero ya saben cómo era, lenta.
Estaba dormida en su espalda la mañana que me llegaron los mensajes de Sandra.Ella me pedía que vaya al buzón de la calle Libertad.
Estaba negada , yo, no quería escucharla. Hasta que apareció en mi casa y dijo : ¡ tenés que ir carajo!.
Entonces fuí, sin ganas y de mala manera. Allí había una carta , me pedía que vaya hasta Lisboa.
Quince días después le respondí que no.Que si quería que siguieramos con el negocio volviera a la estancia de papá.
Un año entero evadimos la confusión. Hasta que un día , me escribió que la abuela había escrito para mi un camino , definido de antemano. La abuela Franca era así, quería dominarlo todo incluso antes de morir.
Ella no logró comprender . Entonces una mañana cuando llegó de Portugal , fue a buscarme a mi.
Le abrí , las puertas de casa y no le mentí, le di la mano y lo pudé sentir , ella , mi hermana estaba destrozada.
Le ofrecí un pañuelo , y vi la tarde caer , habíamos pasado el día juntas. Era primavera , roja como ninguna otra.
Miraba a través de la ventana mezclarse los ultimos rayos del día con el principo de una noche ...
Nos encontramos decepcionadas, me miró y apretó los labios. Agarró las maletas y se fue a la estancia.
Fui a verla , a findes de la primavera y la encontré muerta . Colgaba en el techo .
En aquella casa que amaba donde guardaba mi vida.
Entonces comprendí que no hay recompensas de la vida.
Marilina Belen Mendez, autor.
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