Es un tiempo para no pensar
No digo que veo de todo, pero veo de todo
Lo último que vi antes de entrar al hotel, era un hombre que
revolvía la basura. Todo me llama la atención, se abren mis ojos. No saben lo
que fue hoy, vi una chica que sé es estudiante de medicina porque le reconocí
el ambo verde especifico que usan acá. Vi un grupo de personas adultas que corrían,
no se imaginan como corrían; estaban rojos y transpirados. Eran tanto s nose cuantos pero tantos. Vi gente solitaria
a la orilla del mar y una familia, también un trio de jóvenes y una abuela y su
nieto, vi solitarios con sus perros ; y unos obreros que arreglaban una de las
playas. Después antes de llegar al puente de los enamorados, vi personas dentro
de autos y vi pescadores, todo suelto ¿me entendes ? o medianamente suelto. Todos
aferrados al aire de mar. También vi los edificios y el sol que se escondía
entre ellos, no saben que altos son los edificios y una fila de edificios
interminables, hay construcciones que parecen castillos, el aire de mar es
estupendo ; te arregla el alma y te estimula el espíritu. Los olores no saben
lo que son los olores, el olor que tiene la arena húmeda y el olor a pez y la
piel ni que hablar en la piel todo es sal. Tenes que tomar agua continuamente
porque si no quedas como las piedras pálida y blanca.
Y el atardecer,
aaay!!! El atardecer sentir ese shum shum en el aire como si tus oídos estuvieran
inmersos en un sonido infinito (rugido del mar), y el cielo se pone de colores cálidos, y el
frescor de primavera pasada las 19:00 hs se siente, se siente en las orejas y las manos.
Admiro a las mujeres que van bien peinadas, que sus pelos no
vuelan los tienen lacios, lacios.
El mar es inmenso, inmenso,
inmenso y aunque hay una ciudad del otro lado , pienso lo mismo el mar es
inmenso.
Marilina Belén Mendez
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